¿Por qué la Cultura?
Podríamos vivir sin Cultura, pero seríamos seres
"pobres", tristes y sin rumbo vital. Sólo los
humanos pueden crear, entender y cultivar el espíritu.
Las manifestaciones de ese cultivo (el lenguaje, la
literatura, el arte, la ciencia, la moral, la religión,
la economía, el derecho, la política...) es lo que
transforma y civiliza a la humanidad. De hecho, Cultura
y Civilización son términos semejantes, ocupando la
Cultura el espacio más espiritual, y la Civilización su
parte más externa.
Algunos autores sitúan la Cultura al nivel de una
necesidad de satisfacción vital. Otros la definen, por
el contrario, como una necesidad de organización social
y defensa frente a los instintos vitales, los cuales nos
embrutece. Sea como
fuere, la Cultura es algo que invade nuestras vidas, sea
en un sentido o en otro, y nada de sus manifestaciones
nos será ajena a lo largo de nuestra existencia.
¿Por qué
el Arte?
"Arte", en el sentido filosófico y de creación
artística, es un término que incluso ha dado origen a
tratados enteros. Las primeras manifestaciones fueron de
naturaleza práctica, pero pronto los humanos se
recrearon en formas que daban satisfacción a sus
sentidos. El Arte es algo fundamentalmente sensorial y su clasificación
es a veces compleja. Creamos Arte y lo valoramos por que
nos satisface a la vista, al oído... (una pintura, una
escultura, una danza, una obra cinematográfica, una
pieza musical), aunque ello se aparte de la Naturaleza y
de la Ciencia, pues sus manifestaciones son, muchas
veces, irracionales e incomprensibles. Su existencia enriquece nuestro
espíritu, y a través de las obras también "conectamos"
con sus creadores y la expresión de sus sentimientos.
¿Por qué la Educación?
Desde
nuestra llegada a la vida aprendemos, y no dejamos
de hacerlo hasta el mismo momento en que la
abandonamos. También los animales irracionales
aprenden, pero sólo los humanos consiguen dar una
gran complejidad a ese aprendizaje.
No aprendemos a vivir
en sociedad por instinto, y sólo nosotros
sistematizamos la enseñanza, aplicando técnicas y
métodos para lograr objetivos, los cuales han
variado considerablemente a lo largo de la historia,
según los ideales y tendencias culturales de cada
época. La pedagogía, o arte de educar o enseñar,
quedó definida a partir de que el pedagogo alemán
Johann Herbart introdujese este término en 1806,
estableciendo una filosofía de la educación del
niño. Apenas un siglo después, una auténtica
revolución histórica se generó en este campo.
El término
pedagogía es apropiado para nosotros, porque su
origen, de las raíces griegas "paidos" (niño) y "gogía"
(conducción), indica y define el arte de conducir la
educación a la edad infantil. Nuestros estatutos
establecen una especial observación hacia esa franja
de edad, pues consideramos que todo lo que somos, o
serán en el futuro los niños de hoy, como personas,
en su vida privada, en la familiar o en su relación
con los demás, se aprende y se impregna en nosotros
a edades muy tempranas.
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